La cumbre del G-20 va a realizarse en Osaka, Japón este 28 y 29 de junio. Esta cumbre es una oportunidad perfecta para que Estados Unidos y China lleguen a un acuerdo comercial, o bien, dejen de escalar la guerra comercial que llevan desarrollando el último par de meses.

¿Qué es lo que realmente Donald Trump quiere de China? La problemática se puede resumir en 2 puntos:

  • Reducir el déficit comercial entre Estados Unidos y China.

Estados Unidos importa de China cerca de $540 billones USD anuales, mientras que China importa de Estados Unidos alrededor de$121 billones USD anuales. Donald Trump ve esto como un área de oportunidad para que China aumente la cantidad de importaciones de Estados Unidos, beneficiando así a la manufactura americana, la cual en campaña prometió fortalecer.

  • Respetar las patentes de empresas americanas que manufacturan en China.

Cuando una empresa extranjera desea realizar la manufactura de sus productos en China, el gobierno chino le exige a la empresa, que todas las inversiones que hace en China deben ser con un accionista gubernamental chino por la cantidad de 50% de las acciones. Es decir, cuando quieres instalar una fábrica de teléfonos en China, el gobierno chino se convierte en tu socio en el 50% de la inversión.

Esto lo hacen para lo siguiente: Una vez que la empresa se asocia con el gobierno chino, el gobierno tiene acceso a todas las patentes y R&D de la empresa. Una vez que tiene en su posesión esta información, el gobierno chino, instala en otra parte una empresa idéntica a la extranjera con exactamente el mismo producto y empieza a manufacturar los productos sumamente similares, pero con etiqueta de “Hecho en China”, para competir con la empresa extranjera en sus productos. En palabras más simples: El gobierno roba los diseños de las empresas tecnológicas para después instalar otra empresa y hacer los mismos productos, pero chinos. ¿Por qué creen que a todo aparato electrónico existe una copia exacta o muy similar a la original que está imitando?

Este es el otro punto que Donald Trump ha estado presionando para que los chinos cesen esta práctica, sin embargo, los chinos al parecer no quieren ceder en un cambio tan radical de política económica.